
Pero no solo se transforman las relaciones sociales, las comunicaciones y las transacciones bancarias; la educación -campo antiquísimo y tradicional- deberá contar en sus filas a las TIC para que los sujetos que pasean por sus aulas estén dotados de las competencias necesarias para navegar sin naufragar en la red; la escuela deberá trabajar en red, crecer en red, construir en red y aprender en red para consolidarse en esta sociedad digital, de lo contrario podría ser superada por el aprendizaje autónomo, miles de autodidactas ya recorren la superautopista de la información, consumen y producen contenidos, sin la necesidad de colgar en la pared un titulo emitido por una institución educativa.
No solo la escuela básica deberá adaptarse, la educación superior entrara en la tarea de ofrecer a los futuros profesionales competencias digitales, de lo contrario algunas profesiones podrían verse disminuidas en su campo laboral como por ejemplo el periodismo, el reportero del imaginario del siglo XX con lápiz y libreta será derrotado por el ciudadano digital que trina y publica en la red información de primera mano, hace y edita videos, consulta fuentes, contrasta información y comenta.
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